Pablo
García-Cubillana de la Cruz*
La salud mental y el bienestar en la vida adulta se relacionan con un buen comienzo de vida, cuando se establecen las bases fundamentales para su desarrollo. Este buen comienzo se produce, una vez satisfechas las necesidades fisiológicas básicas, con relaciones parentales positivas y estímulos cognitivos, emocionales y sociales, todos ellos clave para un buen desarrollo personal y social. Por el contrario, un desarrollo lento y un apoyo emocional escaso aumentan el riesgo de tener una mala salud durante toda la vida y reducen el funcionamiento físico, emocional y cognitivo en la madurez[i].
La salud mental y el bienestar en la vida adulta se relacionan con un buen comienzo de vida, cuando se establecen las bases fundamentales para su desarrollo. Este buen comienzo se produce, una vez satisfechas las necesidades fisiológicas básicas, con relaciones parentales positivas y estímulos cognitivos, emocionales y sociales, todos ellos clave para un buen desarrollo personal y social. Por el contrario, un desarrollo lento y un apoyo emocional escaso aumentan el riesgo de tener una mala salud durante toda la vida y reducen el funcionamiento físico, emocional y cognitivo en la madurez[i].
A los 14 años han
surgido ya la mitad de los problemas de salud mental que aparecerán en el curso
de la vida[ii],[iii].
Esta realidad impacta en la trayectoria vital de la persona, en la medida en que
se relaciona con pobres resultados académicos, desempleo, conductas de riesgo,
problemas de salud general y conducta antisocial. Así mismo, los problemas de
salud mental que surgen durante la infancia y la adolescencia conducen a tasas
más altas de enfermedad mental en la edad adulta, incluyendo trastornos del
espectro ansioso-depresivo, afectivos, psicóticos y de personalidad; el abuso
de sustancias; y la conducta suicida[iv],[v].
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
de 2004, entre los 10 y 24 años los trastornos neuropsiquiátricos son la
primera causa de años vividos con discapacidad (AVD), con una prevalencia del
45%[vi].
Además, el reciente informe sobre conducta suicida[vii]
revela que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años en
todo el mundo.
La OMS, a través
de los Planes de Acción de Salud Mental 2013-2020, tanto a nivel mundial[viii]
como para la región europea[ix],
reincide en la importancia de poner en la agenda de todos los Estados la atención
prioritaria a la salud mental de la infancia y la adolescencia. Junto a la
necesidad de mejorar la detección y la atención precoz de los problemas de
salud mental de esta población, favoreciendo su participación y la colaboración
con las familias desde un abordaje intersectorial (salud, políticas sociales,
educación, justicia…), se apuesta decididamente por incidir en los aspectos
preventivos y en la reducción de las desigualdades.
Centrándonos en el
Plan para la región europea, la OMS incorpora como primer objetivo fundamental
el que todas las personas tengan las mismas oportunidades de alcanzar el
bienestar mental a lo largo de su vida, en particular los más vulnerables o en
riesgo, y propone las siguientes acciones durante la infancia y la
adolescencia:
- Proporcionar apoyo a la familia en la etapa perinatal; fomentar las habilidades parentales; proporcionar oportunidades para la educación preescolar; y fomentar en madres y padres el valor del hogar como entorno de aprendizaje.
- Reducir las experiencias adversas en la infancia (abuso, negligencia, violencia, exposición a drogas y alcohol…), a través de la sensibilización y la detección e intervención temprana.
- Ofrecer programas universales y selectivos de promoción de la salud mental en las escuelas, incluyendo la identificación temprana de problemas emocionales en el alumnado y las acciones para prevenir el acoso escolar; y aplicar un enfoque comunitario e intersectorial a la educación en áreas desfavorecidas, con la finalidad de romper el ciclo de pobreza -> privación -> bajos resultados académicos.
- Promover la actividad física y la alimentación saludable, a través del deporte y otras actividades comunitarias; proporcionar espacios seguros de juego para niños y niñas; y promover y proteger los espacios saludables al aire libre y el contacto con la naturaleza.
- Desarrollar e implantar estrategias de prevención del suicidio que incorporen la mejor evidencia y que combinen los enfoques universales con las actividades destinadas a proteger a grupos vulnerables.
La
relación entre la salud mental y la educación también ha sido una prioridad
para la Comisión Europea[x],[xi],[xii],[xiii].
Las conclusiones de la Conferencia de Vilnius sobre retos y oportunidades para
la salud mental[xiv]
recomiendan que la salud emocional sea una prioridad en las políticas
educativas de la Unión Europea, y que su implantación se lleve a cabo desde un
modelo de escuelas promotoras de salud[xv].
Teniendo
en cuenta que la escuela es el lugar donde la población infantil y adolescente
pasan la mayoría de su tiempo[xvi],
existe una creciente evidencia sobre la efectividad de los programas de
promoción de la salud mental en los centros educativos[xvii],[xviii].
La escuela es el escenario ideal para la intervención (después de la familia) y
no sólo porque es donde más se interactúa con la población destinataria, sino
también porque es el ámbito donde tiene lugar una amplia gama de experiencias
significativas que ayudan a los niños, niñas y adolescentes a construir su
sentido de identidad, establecer relaciones interpersonales y desarrollar
habilidades emocionales como la motivación, la resiliencia y el autocontrol[xix].
De
hecho, al analizar los factores de riesgo y de protección que pueden afectar la
salud mental de la infancia y la adolescencia, la OMS[xx]
selecciona los siguientes factores de protección relacionados con el ámbito
educativo: oportunidades para la participación en la vida escolar, el refuerzo
positivo obtenido por los logros académicos, un sentido de identidad con la escuela
o la necesidad de logros educativos. Por el contrario, los factores de riesgo serían:
el fracaso escolar, el fallo de la escuela para proporcionar un ambiente
apropiado que apoye las necesidades de atención y de aprendizaje, y un sistema
educativo inadecuado. Estos factores hacen evidente la conexión entre la
educación y la salud mental.
El nuevo Plan Integral de Salud Mental de Andalucía
2016-2020[xxi]
(III PISMA) sigue las recomendaciones de la OMS[xxii],[xxiii]
y la Comisión Europea[xxiv],
con el compromiso de invertir en la salud mental de la infancia y la
adolescencia, con participación de todos los sectores implicados y
estableciendo un equilibrio entre las acciones preventivas y aquellas
destinadas a proveer una atención de calidad a la población menor de edad con
problemas de salud mental, facilitando su desarrollo evolutivo y la
construcción de su proyecto vital.
Asumiendo el carácter intersectorial y su estrecha
relación con las políticas de salud pública de la Consejería de Salud, el III
PISMA se centra en la promoción del bienestar emocional de la infancia y la
adolescencia (prevención universal) y en la prevención de problemas de salud
mental en personas menores de edad en situación de riesgo (prevención selectiva
e indicada), a través de intervenciones colaborativas en los diferentes
escenarios y ámbitos de actuación.
Destacan las acciones relacionadas con la parentalidad positiva, en el
marco del Programa de Salud Infantil y Adolescente; la educación emocional, en
el marco de los programas de hábitos de vida saludable de la Consejería de
Educación, en colaboración con Salud, Políticas Sociales y Agricultura; la
promoción de los activos en salud y la igualdad de género; el cuidado de los
espacios públicos; la prevención de problemas de salud mental en población
infantil y adolescente en situación de riesgo; la identificación temprana de
riesgo psicosocial; y la prevención del suicidio en la adolescencia.
Para la mejora de la detección y la atención precoz a
los problemas de salud mental en estas franjas etarias, el III PISMA apuesta
por un enfoque integral e intersectorial, que aborde las desigualdades en salud
mental y la preservación de los derechos de esta población. En el ámbito
asistencial, se pretende abrir el abanico de opciones terapéuticas reforzando
la colaboración con otros sectores implicados en la atención a la infancia y la
adolescencia, así como seguir avanzando en la cooperación sanitaria,
especialmente entre pediatría de atención primaria y los servicios de salud
mental. Además, en el ámbito de los servicios de salud mental se reforzarán los
programas de atención ambulatoria a la infancia y la adolescencia, así como los
tratamientos intensivos a la población menor de 18 años con problemas graves de
salud mental, procurando de esta forma una mayor accesibilidad y equidad a
partir de una oferta especializada de calidad, homogénea y homologada.
Son muchos las y los
profesionales de los diferentes ámbitos de actuación que apuestan por estas
líneas de trabajo y existen redes de servicios públicos donde estas actuaciones
intersectoriales pueden desarrollarse; y también la población andaluza cuenta
con una amplia gama de activos en salud, muchos de ellos pendientes de
identificar; pero además, se precisa de un mayor esfuerzo presupuestario de las
diferentes administraciones públicas, para que las acciones previstas puedan
implantarse de manera efectiva, en aras de la mejora de la salud mental y el
bienestar de la infancia y la adolescencia. ¡NO ES POSIBLE EL DERECHO A LA
SALUD SIN SALUD MENTAL!
[i] Wilkinson R, Marmot
M. Social determinants of health. The solid facts. Second edition. Regional Office for Europe of the World Health
Organization; 2013 (Traducción “Los determinantes sociales de la salud. Los
hechos probados. Ministerio de Sanidad y Consumo; 2006). https://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/promocion/desigualdadSalud/determinantes.htm
[ii] Kim-Cohen J, Caspi
A, Moffitt TE, Milne BJ, Poulton R. Prior juvenile diagnoses in adults with
mental disorder – Developmental follow-back of a prospective longitudinal
cohort. Archives of General Psychiatry; 2003, 60: 709-717. http://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/fullarticle/207619
[iii] Kessler RC,
Berglund P, Demier O, Jin R, Merikangas KR, Walters EE. Lifetime Prevalence and
Age-of Onset Distributions of DSM-IV Disorders in the National Comorbidity
Survey Replication. Archives of General Psychiatry; 2005, 62 (6): 593-602. http://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/fullarticle/208678
[iv] Fergusson DM, Horwood LJ,
Ridder EM. Show me the child at seven: the consequences of conduct problems in
childhood for psychosocial functioning in adulthood. Journal of Child
Psychology; 2005, 46: 837-849. http://europepmc.org/abstract/med/16033632
[v] Colman I, Murray J,
Abbott RA, et al. Outcomes of conduct problems in adolescence: 40 year
follow-up of national cohort. British Medical Journal; 2009, 338: a2981. http://www.bmj.com/content/338/bmj.a2981
[vi] Gore FM, et al.
Global burden of disease in young people aged 10–24 years: a systematic
analysis. The Lancet; 2011: 377 (9783): 2093–2102. http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(11)60512-6/abstract
[vii] World Health
Organization. Preventing suicide: A global imperative. Geneva: WHO; 2014. http://www.who.int/mental_health/suicide-prevention/world_report_2014/es/
[viii] World Health
Organization. The Comprehensive Mental Health Action Plan 2013-2020. Geneva:
WHO; 2013. http://www.who.int/mental_health/publications/action_plan/en/
[ix] World Health
Organization - European Region. The European Mental Health Action Plan. Copenhagen: WHO - Regional Office
for Europe; 2013. http://www.euro.who.int/en/publications/abstracts/european-mental-health-action-plan-20132020-the
[x] European
Commission. European Pact for Mental Health and Wellbeing; 2008. http://ec.europa.eu/health/mental_health/policy/index_en.htm
[xi] European
Commission. Background document for the thematic conference: Promotion of
mental health and well-being of children and young people - making it happen.
Stockholm; 2009. http://ec.europa.eu/health/ph_determinants/life_style/mental/docs/background_young.pdf
[xii] European
Commission. Joint Action on Mental Health and Wellbeing; 2013. http://www.mentalhealthandwellbeing.eu
[xiii] Rampazzo L,
et al. Mental Health And Schools: Situation analysis and recommendations for
action. Joint Action on Mental Health and Wellbeing. European Commission; 2016.
http://www.mentalhealthandwellbeing.eu/assets/docs/publications/Mental%20Health%20and%20Schools_feb2316.pdf
[xiv] Ministry of Health
of the Republic of Lithuania. Vilnius conference conclusions “Mental health:
Challenges and Possibilities”; 2013. http://ec.europa.eu/health/mental_health/docs/lt_presidency_vilnius_conclusions_20131010_en.pdf
[xv] St Leger L, Young I, Blanchard C, Perry M. Promover la
salud en la escuela: de la evidencia a la acción. Unión Internacional de
Promoción de la Salud y Educación para la Salud; 2010. http://www.iuhpe.org/images/PUBLICATIONS/THEMATIC/HPS/Evidence-Action_SP.pdf
[xvi] The
Organisation for Economic Co-operation and Development. Education at a Glance
2012: Highlights. OECD Publishing; 2012. http://dx.doi.org/10.1787/eag_highlights-2012-en
[xvii] Shucksmith J,
Summerbell C, Jones S, Whittaker V. Mental Wellbeing of Children in Primary
Education (targeted/indicated activities). London: National Institute of
Clinical Excellence; 2007. https://www.nice.org.uk/guidance/ph12/evidence/mental-wellbeing-of-children-in-primary-education-targetedindicated-activities-teeside-review-369935389
[xviii] Weare K, Nind
M. Mental health promotion and problem prevention in schools: what does the
evidence say? Health Promot Int; 2011, 26 Suppl 1:29-69. http://heapro.oxfordjournals.org/content/26/suppl_1/i29.long
[xix] Rampazzo L,
et al. Mental Health And Schools: Situation analysis and recommendations for
action. Joint Action on Mental Health and Wellbeing. European Commission; 2016.
http://www.mentalhealthandwellbeing.eu/assets/docs/publications/Mental%20Health%20and%20Schools_feb2316.pdf
[xx] World Health
Organization. Child and adolescent mental health policies and plans (Mental
Health Policy and Service Guidance Package). Geneva: WHO; 2005. http://www.who.int/mental_health/policy/services/essentialpackage1v11/en/
[xxi] Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. III Plan
Integral de Salud Mental de Andalucía 2016-2020. Sevilla: La Consejería; 2016.
Disponible en: http://www.juntadeandalucia.es/salud/sites/csalud/contenidos/Informacion_General/c_1_c_6_planes_estrategias/III_plan_salud_mental
[xxii] World Health
Organization. The Comprehensive Mental Health Action Plan 2013-2020. Geneva:
WHO; 2013. http://www.who.int/mental_health/publications/action_plan/en/
[xxiii] World Health
Organization - European Region. The European Mental Health Action Plan. Copenhagen: WHO - Regional
Office for Europe; 2013. http://www.euro.who.int/en/publications/abstracts/european-mental-health-action-plan-20132020-the
[xxiv] European
Commission. European Framework for Action on Mental Health and Wellbeing; 2016.
http://www.mentalhealthandwellbeing.eu/assets/docs/publications/Framework%20for%20action_19jan%20(1)-20160119192639.pdf
Este post pertenece a la serie iniciada en este Blog el Día de la Infancia de 2016 sobre Infancia y felicidad.
*Pablo
García-Cubillana de la Cruz es Asesor
Técnico. Programa de Salud Mental. Servicio Andaluz de Salud.
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