lunes, 14 de noviembre de 2011

Claves para la prevención del maltrato infantil desde los servicios sanitarios: una revisión


Bárbara Díaz y Blanca Botello (*)

El papel que pueden desempeñar los servicios sanitarios para prevenir el maltrato infantil fue una de las reflexiones que se nos plantearon desde la Consejería de Salud para que realizásemos la revisión de este tema durante nuestro periodo de formación como especialistas en Medicina Preventiva y Salud Pública.

Empezar a sobrevolar y después a profundizar en el trato a la infancia nos hizo llegar a este Cuaderno de Trabajo Red Sabia 3 del que aprendimos mucho durante su elaboración. Recientemente en el Congreso SEE-SESPAS de Madrid tuvimos la ocasión de poder presentar una comunicación (Prevención y detección precoz del maltrato infantil: revisión de estrategias e intervenciones. Gac Sanit 2011;25 (Espec Congr 2):261-2) como anticipo a este cuaderno y de compartirla con gente que trabaja en la misma línea.

El objetivo del trabajo fue identificar las principales guías, recomendaciones y experiencias para la prevención secundaria y detección del maltrato infantil desde el ámbito sanitario.

Las principales conclusiones que extraemos son que el maltrato requiere un abordaje multidisciplinar con un papel destacado del ámbito sanitario, el reconocimiento de factores de riesgo a través de actividades regladas y la promoción de factores protectores y de buen trato mediante la educación.

La prevención secundaria (en familias de alta prioridad) es considerada la estrategia más realista, y existen intervenciones eficaces para prevenir el maltrato y reducir factores de riesgo. Además, la sensibilización y formación de los profesionales sanitarios es clave para la detección precoz

En estos momentos nos alegramos de poder compartir el trabajo y de poder exponer conocimiento sobre qué hacer para prevenir el maltrato infantil desde el ámbito sanitario. Nuestra alegría será mayor cuando este conocimiento tenga impacto en la toma de decisiones acerca de las intervenciones y recomendaciones que se trazan desde nuestro sistema sanitario. 

(*) Bárbara Díaz es médica especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Blanca Botello es médica especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y en la actualidad trabaja en la Escuela Andaluza de Salud Pública.

jueves, 21 de julio de 2011

“Simón el topo” o la homosexualidad infantil

Por Carmen de Manuel*

En el post anterior abordé la homosexualidad infantil como uno de los grandes tabúes de nuestra sociedad. Una buena herramienta para facilitar que los adultos  puedan hablar con los niños, niñas y adolescentes –y sin herir sensibilidades- de un tema tan delicado como éste es el libro “Simón, el topo”, publicado el pasado abril por Ediciones Bellaterra. Escrito por Carmen de Manuel e ilustrado por Laura Reixach, su objetivo es  fomentar la tolerancia ante la diversidad sexual, por lo que no sólo va dirigido a niños que ya den muestras de esta tendencia sino también para que los demás desarrollen actitudes de  respeto ante todo aquello que es diferente.

Está inspirado en la soledad invisible de tantos niños, niñas y adolescentes que, por el simple hecho de no ser como los demás, de no responder al patrón social asignado en razón de su sexo, sufren por la incomprensión de su entorno y por la presión social a que se ven sometidos.

Son niños que guardan un terrible secreto, un secreto que les destruye: ¡no son como los demás esperan! Y no se atreven a contárselo a nadie como si de un pecado mortal se tratara, como si con ello fueran a decepcionar a medio mundo. Y tienen su razón porque desde muy pequeños han percibido el malestar que sus actitudes, gustos o aficiones provocaban en su familia; captan la incomodidad y la angustia de su padre o su madre. Pero además han escuchado comentarios vejatorios y despectivos sobre la homosexualidad en su casa, en el colegio o en la calle…

Y estos niños, niñas o adolescentes cargan con el peso de este secreto que les  condena al silencio y a la soledad durante mucho tiempo.

Simón, el topo  es un cuento de soledad y de dolor. Pero también lo es de valores, valores que la incomprensión y el rechazo no logran destruir. Del valor de Simón que, en representación de tantos otros Simones y Simonas de nuestro entorno, es capaz de transformar su dolor en una magnífica habilidad que le llevará a convertirse en el arquitecto que salvará toda su aldea.

Ser importante por ser diferente, este es el mensaje, la moraleja... el final feliz de este cuento.



Recomendaciones para educadores, profesionales y padres:

  • Escuchar a los niños
    • Nadie mejor que ellos para decirle cómo se encuentran, qué les preocupa o qué esperan de usted.
  • Acompañarles en todo este proceso
    • Ello hará que no se sientan solos.
  • Hacer que se sientan queridos
    • Que por ser diferentes no se les quiere menos.
  • Ayudarles a descubrir sus valores
    • Para que crezcan con una buena autoestima.
  • Asegurarse de que se respetan sus derechos
    • Entre ellos el derecho a la diversidad.  


Existen diversos materiales editados de gran interés que se encuentran en la red entre ellos:
-         Guías para Padres y Madres: qué hacer cuando un hijo o hija nos dice “mamá, papá soy gay; papá, mamá soy lesbiana”
-         Para hablar con tus padres sobre tu orientación sexual
-         Recursos educativos para niños sobre la diversidad familiar
-         Bullyng homofóbico en las escuelas. Guía para profesores
-         Materiales para la Educación en Derechos humanos y diversidad afectivo-sexual para Primaria, Secundaria, Bachillerato.
-         Expectativas de diversidad: ideas y dinámicas
-         Guía de la Asociación de Madres y Padres (AMPGYL)
-         Educando en el respeto a la diversidad sexual: Guía para monitores/as de tiempo libre
-         Si a usted le preocupan los comportamientos de género de su hijo o hija… Una Guía para padre
-         Tratamiento de la diversidad sexual en las aulas. Guía del profesorado para educar contra la homofobia.
-         Niños saludables con el apoyo familiar. Ayuda para familias con hijos e hijas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero.
-         Todo lo que siempre quisiste saber sobre la homosexualidad y nunca te atreviste a preguntar….
Páginas de interés:
http://www.amalobs.org/

* Carmen de Manuel es psicóloga clínica. Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil, Hospital Puerta del Mar, Cádiz


miércoles, 29 de junio de 2011

La homosexualidad en la infancia

Por Carmen de Manuel*

¿La homosexualidad afecta también a la infancia?
¿Pueden los niños ser homosexuales?
¿Incluso los más pequeños, por ejemplo, los niños de 5 años?

Son estas preguntas que los adultos no acostumbramos a hacernos, invisibilizando con ello una realidad que coexiste día a día en nuestro entorno.

Es más, durante siglos hemos pensado que los niños no tienen sexualidad, que la sexualidad es algo exclusivo de los adultos y comienza en la adolescencia. Y aún hoy algunos sectores de nuestra sociedad mantienen esta falsa creencia. Pero nada más lejos de la verdad. El niño tiene sexualidad desde el momento mismo de nacer; no la sexualidad del adulto, claro está, sino la propia de su edad, tan desconocida para muchos padres, madres, educadores y otros profesionales. Si el sexo ha sido un tabú en nuestra sociedad, aún lo ha sido más la sexualidad en los niños y ni que decir tiene la homosexualidad infantil. Por ello, no sólo los adultos se han visto y se ven condenados al secreto y a la soledad (armario), también le ocurre a los niños.

La familia, en todo este proceso, juega un papel fundamental porque debe ser el marco protector donde todos los niños y niñas puedan desarrollarse y crecer y construir en libertar un proyecto de vida a nivel afectivo, relacional, profesional y también sexual. Pero no siempre las personas somos capaces de reconocer en la diversidad una riqueza añadida. Incluso hay familias en las que el honor o el qué dirán, está por encima del bienestar de sus miembros y emprenden contra su hijo o hija una cruzada, algo parecido a una especie de inquisición doméstica. Pero en el caso de que los padres y madres acepten a su hijo por amor y quieran ayudarle, estos padres y madres no cuentan con los recursos necesarios, no saben cómo ayudar a su hijo. Y en el silencio de la noche se preguntan por qué les ha tenido que tocar a ellos como si de una desgracia se tratara. Y tienen sentimientos controvertidos de amor hacia su hijo pero también de miedo, vergüenza, rechazo…

En algunos casos, los padres consultan muy preocupados con un psicólogo porque observan en su hijo intereses propios del sexo opuesto al punto de que en el colegio ya le han puesto un mote. “Sólo quiere jugar con las niñas y a las cosas de niñas”, dicen por ejemplo. Y le pide a su madre la barra de labios o se entusiasma con su vestido. Son padres que buscan en el psicólogo que cambie la inclinación de su hijo, “que le vuelva normal” porque desde sus creencias, esto que le ocurre a su niño es el inicio de una enfermedad o, peor aún, de una perversión. Y nada más lejos de la realidad. La homosexualidad no es una enfermedad; no es más que una variante de la normalidad. Es una opción de vida. En 1993, la OMS excluyó la homosexualidad de su clasificación de enfermedades. Anteriormente, en 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría dejó de considerarlo un trastorno. Por lo tanto, el problema no es la homosexualidad sino la homofobia.

En otros casos, los niños no dan muestras externas de sus sentimientos permaneciendo entonces durante más tiempo solos sin que nadie se percate de su secreto.

Es preciso introducir cambios en una sociedad intransigente e intolerante como la nuestra, donde la diversidad ya sea de credo, raza o inclinación sexual es rechazada y excluida sin tener en cuenta el daño que provoca… Como ejemplo: según la Agencia Efe y con motivo de la celebración del Día Internacional contra la Homofobia (17 de Mayo), la ONU alerta de que los crímenes contra los homosexuales están aumentando en todo el mundo. Y pide a todos los países un compromiso político firme para acabar con la homofobia.

Y en esto, la escuela, se convierte en un laboratorio ideal. En los colegios, y desde preescolar (aún más, desde las guarderías), se debería enseñar a los niños y niñas la tolerancia, a respetar a los demás aunque sean diferentes y sobre todo por ello, a no burlarse, por ejemplo de un niño por llevar una mochila de color rosa y a no ser objeto de escarnio por el hecho de jugar con las niñas y no gustarle el futbol.

Pero no es una tarea que competa sólo a la escuela, la familia, núcleo primario de socialización del ser humano, es el lugar donde el niño debe aprender valores como el respeto por la diversidad porque tiene como modelo a unos padres tolerantes.

Además este posicionamiento en la familia y en la escuela debe de estar avalado por una sociedad donde primen estos valores porque sólo un proceso de cambio en nuestras creencias y actitudes abre una puerta a la esperanza de lograr una sociedad más justa, solidaria y tolerante.

* Carmen de Manuel es psicóloga clínica. Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil, Hospital Puerta del Mar, Cádiz

miércoles, 16 de marzo de 2011

La democracia empieza en los niños: El derecho de la infancia a la participación (2)

(y cómo educar a los adultos)

Segunda entrega del resumen de la ponencia de Jesús Palacios, Catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, en el "I FORO Incorporando las voces infantiles en las políticas de salud”, celebrado en Sevilla, el 11 de diciembre, con un público mayoritariamente infantil y juvenil. Existen algunas dificultades para lograr una buena participación de la infancia, pero es posible educar a los adultos, y estas son otras cinco reglas para conseguirlo:

6. Contrato
Los adultos están acostumbrados a los contratos (documentos que firman y en los que se comprometen a cosas). Sobre todo cuando hay cambios importantes (por una nueva situación, por una nueva edad, por un nuevo contenido), puede ser buena idea poner cosas por escrito que comprometan a todos. Y firmarlas ante testigos. El contrato debe incluir la organización y el contenido de la participación. No basta con poner las cosas por escrito (según la regla 2, olvidan fácilmente), sino que hay que recordarles los contratos de vez en cuando. Si los tienen delante y enmarcados, mejor.

7. Negociación
Las condiciones del contrato pueden ser impuestas o negociadas. La negociación es mejor, crea mejor clima y asegura más la satisfacción de todos (si no hay negociación, no hay participación). Exige además negociadores que sepan lo que quieren. Los de la parte menos fuerte deben ser muy exigentes y empezar pidiendo mucho. En la negociación hay que darles muchas explicaciones e insistir mucho (como, según la regla 1, tienen poco tiempo, hay que alargar para ganar).

8. Control
Si los adultos aprenden lentamente (regla 1), si hay que insistirles bastante (regla 2), si hay que estar atentos a sus fallos (regla 4), si funcionan mejor con contratos negociados (reglas 6 y 7), entonces…Tiene que haber procedimientos para vigilar que se cumpla lo acordado en el contrato. Esos procedimientos deben formar parte del contrato de la regla 6. El contrato debe decir qué hacer cuando hay desacuerdos, por ejemplo con la figura de un árbitro.

9. Asegurar la cadena
Educar a los adultos supone mucho esfuerzo y sería una lástima que una vez educados, olvidaran todo lo aprendido. Hay que asegurar que los que vienen después continuarán la difícil tarea de seguir asegurando su buena educación. Por ello hay que ir incorporando a los más jóvenes a la difícil tarea de educar a los adultos.

10. Buen ambiente
Se educa mejor a los adultos en un clima de buenas relaciones con ellos: el respeto mutuo es imprescindible y si además hay afecto, mucho mejor. Tanto los chicos y chicas que educan como los adultos que son educados por ellos tienen metas comunes y buscan los mismos objetivos. La cooperación es mejor que el enfrentamiento y participar es una forma de cooperar, de construir, de relacionarse mejor.

La participación infantil en las políticas de salud es un reto para todos los implicados (adultos, chicos y chicas, instituciones), pero también es una oportunidad de avanzar en la democratización de la vida cotidiana, la calidad de vida y la reducción de las
desigualdades.


Jesús Palacios

martes, 8 de marzo de 2011

La democracia empieza en los niños: El derecho de la infancia a la participación (1)

(y cómo educar a los adultos)

Presentamos en dos entregas un resumen de la ponencia de Jesús Palacios, Catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, en el "I FORO Incorporando las voces infantiles en las políticas de salud”, celebrado en Sevilla, el 11 de diciembre, con un público mayoritariamente infantil y juvenil. En este post se incluye la primera parte.


La participación no es sólo un derecho, es también un indicador de calidad, reduce las desigualdades, aumenta la satisfacción de las personas y la calidad de las relaciones. La participación, además, empieza en casa: los hogares valorados como de mejor calidad son los que cuentan con alta presencia de afecto, de normas y reglas razonadas y razonables, de supervisión o control y de comunicación (incluyendo la participación de hijos en la toma de decisiones que les afectan). Todo esto no es fácil para todos los padres, ni con todos los hijos…

Existen algunas dificultades para lograr una buena participación, pero es posible educar a los adultos. Para ello podemos aportar diez reglas, he aquí las cinco primeras:

1. Paciencia
Los adultos aprenden muy lentamente las cosas difíciles: creen saberlo todo y por tanto es más complicado que tengan voluntad real de aprender. Además, tienen demasiadas cosas en la cabeza y en la agenda, así es que no tienen mucho tiempo para estudiar y repasar. Por lo tanto, hay que tener mucha paciencia con ellos, pero no rendirse (es lo que ellos hacen con sus hijos).

2. Perseverancia
Como los adultos no aprenden bien, olvidan fácilmente: hay que insistir bastante. Pero hay que hacerlo con cuidado, porque a veces son un poco irritables. Por tanto, cuando queremos algo de ellos, tenemos que insistir sin fastidiar (es una buena idea empezar pidiendo disculpas: “perdona, pero…”, “no quiero que te enfades, pero…”).

3. Darles explicaciones
A los adultos les gusta mucho dar explicaciones a sus hijos, a sus alumnos, a los que creen que no saben algo… El factor sorpresa es importante, así es que hay que estar preparados para darles muchas explicaciones a ellos, pues no lo esperan. Si las explicaciones son muchas y muy largas (como hacen ellos), mucho mejor. Hay que repetírselas de vez en cuando (según la regla 2, olvidan fácilmente).

4. Los adultos suelen ser muy contradictorios:
- Dicen una cosa y hacen otra
- Cambian de opinión según les conviene
- Siempre encuentran una justificación para una cosa y para su contraria
Hacerles ver sus contradicciones es avanzar en la difícil tarea de su educación (conviene hacerlo con cuidado, pues según la regla 2 son irritables).

5. Modestia
Los adultos suelen ser poco modestos, creen tener siempre la razón y saberlo todo. De hecho, para educarlos, es mejor no ser como ellos. Hay que admitir que no se sabe todo, aceptar que hay cosas de las que ellos conocen más y en las que tienen que tener la última palabra, intentando que esas cosas sean sólo las imprescindibles. Pero no olvidar que se puede ser modestos, pero hay que ser firmes: si no, no aprenden.

Jesús Palacios

lunes, 14 de febrero de 2011

Los niños empáticos

Por José María Sánchez Bursón

A propósito del libro la “Civilización Empática” de Jeremy Rifkin, se me sugiere reflexionar sobre la empatía de los niños como agente de cambio social. El ensayo de Rifkin es una interpretación de la historia de las civilizaciones a través de la conciencia humana. Parte de los últimos descubrimientos recientes sobre el estudio del cerebro y del desarrollo infantil, y considera que la conciencia creciente de que somos una especie esencialmente empática tiene consecuencias transcendentales para la sociedad.


Hoy sabemos que la conciencia empática se desarrolla, se amplía y se hace más profunda en la infancia, la adolescencia y la edad adulta dependiendo de la experiencia inicial con los padres, así como los valores culturales que fomentamos y las relaciones humanas que establecemos. La empatía es el medio por el cual creamos la vida social y hacemos que progrese la civilización. El proceso empático se ha desarrollado lentamente, durante 175.000 años de la historia humana.

"Civilización Empática” de Jeremy Rifkin

Desde la óptica de la infancia destacamos las siguientes realidades de los niños empáticos:

a) Importancia de la pedagogía empática.- Las nuevas innovaciones educativas están contribuyendo a desarrollar la sensibilidad empática a través del aprendizaje colaborativo. Las nuevas enseñanzas empáticas indican una clara mejora de la conciencia, la capacidad de comunicación y el pensamiento crítico de los niños y jóvenes porque hacen que sean más introspectivos, más atentos a las emociones y tengan más capacidad cognitiva para comprender a los demás y responder con inteligencia y compasión.


b) Los niños empáticos son la base de las sociedades del conocimiento.- Las sociedades del conocimiento exigen que seamos seres sociales y empáticos. Los estudios nos indican que los niños con un apego más seguro por haber recibido más cuidados, más atención y más afectos, son los que más tienden a separarse de sus madres para jugar y explorar el mundo que les rodea, y los niños con apego más inseguros, son los que más tendían a aferrarse a otras personas y tendían a aislarse y a perder autonomía.


c) El valor de las familias empáticas.- Surgen nuevas familias empáticas que practican la disciplina por inducción que enseñan a los niños la base de la nueva ética humana: responsabilidad por los propios actos, compasión, voluntad de ayudar y confortar a los demás, y un sentido adecuado de la justicia y del juego limpio. Los padres actúan como el primer psicoterapeuta de los niños, ayudándole a formar las primeras conexiones emocionales para favorecer una conducta prosocial.


d) Nueva cultura empática cosmopolita. Los niños empáticos son cosmopolitas están abiertos a los otros, se sienten cómodos con otras culturas, son diferenciados e individualistas, con múltiples identidades y afiliaciones, educados en un sofisticado sentido del “yo” como resultado de una intensa exposición a diversos “otros” hacia los que sienten una conexión empática. Niños con más reservas en experiencias y sentimientos personales que les permite disponer de recursos empáticos para abrirse a los demás. Las sociedades basadas en el conocimiento muestran niveles más altos de extensión empática. La individualidad conduce a mayores cotas de confianza y franqueza con los demás y una mayor tolerancia hacia quienes son diferentes.

e) Un nuevo mundo participativo y solidario.- La colaboración masiva está convirtiendo la red global mundial en un “cerebro global”. 2.000 millones de personas, especialmente jóvenes, utilizan internet como un medio participativo generando una nueva sociedad empática que es distributiva, participativa y no jerarquizada. Las nuevas conexiones igualitarias han permitido que las nuevas generaciones se conviertan en actores de sus propios guiones y compartir un nuevo escenario global. Surge una nueva generación empática con una nueva conciencia dramatúrgica que persigue el sentido de autenticidad.


http://infanciasociedadconocimiento.blogspot.com/

La civilización empática: La carrera hacia la conciencia global en un mundo en crisis. Rifkin Jeremy.

Curso para el abordaje del buentrato a la infancia y la atención al maltrato

La Red Sabia celebra esta semana dos ediciones del Curso "Formación de Formadores para el abordaje del buentrato a la infancia y la atención al maltrato", que tendrá lugar en la Escuela Andaluza de Salud Pública (Granada) el 15 y el 16 de febrero.


Para consultar los programas del curso, están disponibles en la web de Red Sabia. Los contenidos de esta formación para profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía son:

  • La promoción de la salud y los activos para la salud en la infancia.
  • Los derechos del la infancia y la adolescencia hoy. Énfasis en la potenciación del buen trato y prevención del maltrato.
  • Desarrollo normal del niño y conceptos básicos sobre Maltrato.
  • Abandono, Maltrato físico, Maltrato Psicológico, Abuso sexual y otros tipos de maltrato.
  • Sistema de Protección. Coordinación intersectorial y funciones de cada institución.
  • Modelos y protocolos de actuación en diversos niveles asistenciales.
  • Factores de prevención y recuperación.
  • Profesionales ante el maltrato infantil y adolescente.
  • El trabajo en red y la Red Sabia.
  • Habilidades docentes y Planificación del trabajo formativo.