lunes, 20 de febrero de 2017

Infancia y felicidad (9): PROMOVIENDO LA PARTICIPACIÓN INFANTIL

Mª Victoria Llamas Martínez*

El Derecho a la Participación es una de las Categorías en las que se agrupan los derechos fundamentales de la infancia de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), tratado internacional de Derechos Humanos que fue aprobado en 1989.

Entendemos la Participación infantil como el proceso por el que la ciudadanía menor de edad, de forma individual o grupal, influye en el proceso de toma de decisiones de la sociedad. La ciudadanía menor de edad es agente de cambio de sus propias vidas, de su familia y de la sociedad.

Desde el AMPA La Pintá, en el curso 2015-2016, hemos llevado a cabo distintos proyectos en los que hemos tenido la oportunidad de tomar decisiones compartidas,ser innovadores, conocer diferentes puntos de vista y ello ha contribuido a poder disfrutar de un proceso y unos resultados muy satisfactorios. Con ello, se ha mejorado nuestro pueblo. Y de un proyecto a otro, que se han ido sucediendo durante el curso, siempre innovando, han sido los niños y niñas los protagonistas de la participación.

Uno de los proyectos llevados a cabo fue "Camino escolar paso a paso. Camino escolar limpio" , se decidió pasar a la acción tras sufrir a diario una entrada al colegio llena de basura y excrementos. Y es que no queriamos que frases como:   

    ¡Cuidado no la pieses!
    ¡Mira para el suelo!
    ¡Qué hay otra caca!.. fueran las frases más repetidas en la puerta del colegio.

Así que decidimos ponernos a la acción junto con el alumnado y empezamos a colocar carteles en las vallas con mensajes como:

    - "Si con tu perros vas a pasear la caca debes limpiar".
    - "Señor perro eduque a su dueño".
    - "Si la caca olvidas limpiar un niño o una niña la pueden pisar".

Repartimos marcapáginas entre el alumnado.
Mantuvimos reuniones con la alcaldesa exponiendo nuestras acciones y las frases a la entrada al colegio fueron cambiando:

     - "Parece que la calle está más limpia".
     - "Parece que hay menos cacas".

Y efectivamente era así, porque semanalmente hicimos un recuento de excrementos sobre el acerado y claramente hubo una tendencia descendente.

Para reforzar el mensaje en la Comunidad , el profesorado organizó la Obra de teatro Cuidemos nuestro pueblo, escrito y dirigido por la maestra y escritoria Mati García,con varias representaciones en el Colegio y en el Parque del Marqués de Castilleja de la Cuesta. Más de 500 personas pudieron disfrutar de la obra en la que el alumnado demostraba su talento con un mensaje ejemplar hacia el cuidado del medio ambiente. El acto fue presentado por Lucía Rodríguez, alumna de 1º de primaria y representado por alumnado de 5º de primaria, del primer ciclo de educación infantil y del aula específica.

En estas representaciones tuvimos una presencia institucional importante. La alcaldesa, junto con su equipo de gobierno, policias y diferentes responsables de determinadas áreas pudieron disfrutar de la obra.

Otro ejemplo de participación lo tuvimos con la Agenda escolar.

Propusimos hacer la exposición Lo mejor de mi cole, y los dibujos que más gustasen ilustrarán la agenda del próximo curso. Y así lo hicimos, el dibujo era libre. Cuando los recibimos establecimos las diferentes categorías con el alumnado y se estableció un sistema de votación por niveles y categorías.

Se decidió como Portada una página en blanco: Dibuja lo que quieras, tú eres el artista.Cada persona ha tenido la oportunidad de personalizar su propia agenda.

Se realizó una exposición en la inaguración que también tuvimos presencia de las autoridades. Parte del alumnado leyó en este acto a la alcaldesa una carta que tenían escrita con sus peticiones para un pueblo mejor.




Para poder atender mejor estas peticiones la alcaldesa decicidió organizar un pleno con el alumnado de primero de primaria, y allí en el Ayuntamiento pudieron ir dando sus sugerencias a las autoridades.

Todo ello está influyendo en la toma de decisiones.

El Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta ha destinado un dinero del superávit del municipio a obras en los Colegios de Primaria, con lo que en este curso estamos disfrutando de un Colegio con mejores instalaciones y de una calle limpia, y ello ha sido posible en parte,  por la visión y acción en participación infantil.

Este post pertenece a la serie iniciada en este Blog el Día de la Infancia de 2016 sobre Infancia y felicidad.


* Mª Victoria Llamas Martínez. Secretaria del AMPA La Pintá.

martes, 24 de enero de 2017

Infancia y felicidad (8): EXPERIENCIA DE BUENAS PRACTICAS DESDE EL ETF DE ALGECIRAS

Angeles García Janeiro*

Os presentamos una experiencia de buenas prácticas promovida por el Equipo de Tratamiento Familiar de Algeciras. 

En Andalucía existen 143 equipos de tratamiento familiar, conocidos como ETFs, están ubicados en los Servicios Sociales de las Entidades Locales de más de 20.000 habitantes y en las Diputaciones y se financian a través de un Convenio entre la Administración Local y la Junta de Andalucía. Su trabajo consiste en proporcionar a las familias con menores en situación de riesgo o desprotección un
tratamiento específico, integrador y preventivo, desde el enfoque de la parentalidad positiva. El objetivo a cumplir es el de mitigar los factores de riesgo que presentan estas familias y capacitarlas para dar una adecuada atención a sus hijos e hijas, acorde a sus necesidades, y evitar la conducta maltratante que pudiese motivar la separación de los menores de sus familias y, en su caso, procurar la vuelta de aquellos que han salido del hogar por una medida de protección.

Es evidente que estos equipos, formados por profesionales de la psicología, trabajo social y educación social, intervienen en contextos de mucha dificultad y conflicto, a veces, con escasos medios y recursos de apoyo. Sin embargo, desempeñan su tarea con motivación, creatividad, rigor y trabajo en red para ayudar a las familias, niños, niñas y adolescentes más vulnerables. Su trabajo permite empoderarlas y generar esperanza y bienestar. Son profesionales comprometidos por una infancia feliz.

La campaña de sensibilización “Aprende a separarte” es una experiencia local, que nace de la práctica cotidiana y del día a día de los profesionales que trabajan con padres y madres que deciden separarse y de cómo, en esa situación traumática, promoviendo el buen trato, se puede ayudar a paliar los efectos y posibles daños que pudieran ocasionar a sus hijos e hijas.






Este post pertenece a la serie iniciada en este Blog el Día de la Infancia de 2016 sobre Infancia y felicidad.

* Angeles García Janeiro es Jefa Dpto. Prevención Servicio de Prevención y Apoyo a las Familias Dirección General de Infancia y Familias Consejería de Igualdad y Políticas Sociales.

miércoles, 11 de enero de 2017

Infancia y felicidad (7): COMPROMISO PROFESIONAL POR LA FELICIDAD Y EL BIENESTAR DE LA INFANCIA


Juan Gil Arrones*
 
La felicidad y el bienestar de la infancia es una meta que debe estar implícita, por derecho de las personas menores de edad, en las acciones de las familias, de los profesionales y de las instituciones de la sociedad. En la medida en que todos avancemos en su consecución, estaremos creando una sociedad más justa y mejores ciudadanos y, por lo tanto, la responsabilidad de conseguirlo o no es compartida por todos, especialmente por los que por su profesión o por sus competencias se relacionan directamente con niños, niñas y adolescentes.

Cada profesional, de cualquier sector, debe ser consciente de la importancia que tiene la calidad de su trabajo en los resultados globales de bienestar y felicidad para la infancia. Una atención infantil de calidad tiene beneficios inmediatos para la persona en ese momento y en etapas posteriores, a la vez que genera un ambiente social de satisfacción.

Las actuaciones de calidad hacia la infancia comportan, en gran medida, una responsabilidad profesional que cada uno maneja de forma individualizada a pesar de los condicionamientos ambientales de su puesto de trabajo, y una forma de ejercer su profesión o sus funciones desde planteamientos éticos interesantes para la colectividad.

Todos los profesionales son necesarios para generar un nivel de bienestar y de felicidad social, colectiva, que permita el desarrollo de personas felices a través del esfuerzo, la educación, el afecto, los cuidados, la salud, el respeto, el derecho, la integración, la participación y la libertad. Un nivel de bienestar y de felicidad que posibilite a los individuos realizar un proyecto de vida satisfactorio.

Los profesionales de la salud podemos contribuir a mejorar la felicidad y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes con los recursos disponibles, quizás introduciendo algunos pequeños cambios en la forma de optimizar el tiempo, los espacios y la relación con otros profesionales… centrados de forma individualizada en el paciente, en el niño o la niña sin problemas de salud y en los que tienen que vivir con un grado de adversidad. La limitación o la inadecuación de los recursos pueden ser compensadas, en cierta medida, con una adecuada formación y actitud de cada profesional ante la responsabilidad que tiene con cada niño, cada niña y cada familia.

La formación debe ser no solo superespecializada en patologías concretas, sino que debe aportar también habilidades en técnicas de escucha, trabajo en red, derechos de la infancia, sistemas de relaciones del ser humano, problemas emergentes de la infancia, protección de menores, empatía, acompañamiento en la adversidad… para ofrecer la actuación que necesitan nuestros pacientes y sus padres en cada situación.

El trabajo de los profesionales de la salud rara vez es posible si no actuamos a través de los padres y de las madres. La implicación-participación de las familias y de los propios niños y niñas es necesaria para conseguir un desarrollo saludable y tienen derecho a ser sujetos activos en la construcción de su propia salud. En este sentido, los Pediatras, Médicos de Familia, Enfermeros/as y el conjunto de los profesionales de salud, debemos establecer con ellos una adecuada comunicación que permita la transferencia de conocimientos e incorporar sus opiniones, planteamientos y decisiones legítimas.

En esta tarea de construcción de las condiciones sociales favorables para conseguir que los niños, niñas y adolescentes tengan más bienestar y sean más felices, los profesionales de la salud podemos hacer, desde mi punto de vista, algunas aportaciones:

Transferencia de conocimientos. Es una función social de los profesionales a realizar a través de una metodología sencilla, adaptada e innovadora, en el contexto de cualquier actuación asistencial, y que permita en ocasiones intervenir en espacios y oportunidades de encuentro fuera del formato de la consulta. De la transferencia de conocimientos se podrán derivar algunos beneficios:
  • Alcanzar mayor autonomía de la familia en la crianza de los hijos.
  • Habilidades en el manejo de conflictos.
  • Conocimiento de las bases científicas de los cuidados y de los estilos de vida saludables.
  • Comprensión de las características y necesidades en cada etapa del desarrollo.
  • Comprensión adaptada de los problemas de salud, de los tratamientos y de los cuidados necesarios.

Una relación de respeto y confianza.
  • Basada en el derecho.
  • Facilita el consentimiento del menor y de sus padres.
  • Refuerza su implicación.
  • Mejora su autoestima.
  • Genera un ambiente de satisfacción en la familia y en el profesional.

Atención basada en las necesidades de la persona.
  • Por encima de otras consideraciones orienta los recursos y métodos asistenciales en función de las necesidades del paciente y de su familia.
  • Facilita y coordina los recursos asistenciales y de apoyo a las familias.
  • A través de los procedimientos administrativos generales o alternativos.
  • Desarrolla trabajo en red con otros especialistas, profesionales e instituciones.
  • Eleva a las instituciones los recursos asistenciales no disponibles o no suficientes de forma individualizada para esa persona concreta.

Participación del profesional en estrategias de promoción de la salud de la población infantil y juvenil.
  • Contribuye a crear una cultura que mejora los niveles de salud de la población infantil y juvenil.

Acompañamiento en situaciones de adversidad social y de salud.
  • Considera la situación social de las familias.
  • Optimiza los recursos.
  • Reduce el sufrimiento.
  • Refuerza la percepción de estar haciendo lo adecuado en cada momento.

El desarrollo de cada una de estas líneas de mejora estará condicionado por la adecuación de recursos, por la calidad de la gestión y por la existencia de una organización funcional que sea facilitadora; pero siempre queda un margen para la iniciativa del profesional.

No obstante, para un elevado número de personas menores de edad le resultará especialmente difícil conseguir niveles adecuados de bienestar y de felicidad si no existen medidas institucionales que palíen la situación de precariedad y de pobreza en la que viven, y si no se les facilitan los recursos especiales que necesitan para atender adecuadamente a los problemas derivados de su situación.


Este post pertenece a la serie iniciada en este Blog el Día de la Infancia de 2016 sobre Infancia y felicidad.


*Juan Gil Arrones es Pediatra. Hospital Valme.